¿POR QUÉ ANALIZARSE HOY? XAVIER ESQUÉ

Xavier Esqué llevó a cabo esta magnífica y aclaratoria conferencia en la Universidad Nacional de Córdoba, Argentina, dentro del marco del Seminario Internacional del CIEC (Centro de Investigación y Estudio Clínicos).

En un primer momento Xavier habla del ser humano, del ser hablante y su dificultad para arreglárselas con la vida. “El ser hablante se caracteriza por “no saber hacer con” e incluso está mas dotado para vivir la desgracia que la felicidad.

En respuesta a la pregunta del título ¿por qué analizarse? Xavier habla de algunos de los motivos:
Sufrir por amor, no saber qué se desea, no tener deseo de vivir, por haber algo en el Otro que se hace insoportable, por la aparición de un síntoma que insiste y se repite…etc.

En todos los casos, el acudir a un analista es una elección forzada por la angustia y por el síntoma.

Pero, ¿por qué elegir el psicoanálisis?. Xavier nos da muchas razones, y es que el psicoanálisis no es una terapéutica como las demás. A diferencia de la psicoterapia o de las TCC (Terapias cognitivo conductuales) , el psicoanálisis no opera a través de la sugestión o de la “autocoerción mental inducida” como lo llama Jaques Alain Miller.

Estas terapéuticas se basan en la ideología de la evaluación, muy imperante hoy en día, donde la pregunta por la eficacia se impone.
En realidad se trata de prácticas autoritarias de adiestramiento, ya que apuntan a rectificar al sujeto a partir de la norma y borrar así sus cualidades mas singulares. Además esta ideología invade cada vez mas disciplinas, como las educativas, las médicas o las sociales, y se sostiene en una alianza entre la ciencia y el capitalismo.

Uno de los problemas de esta ideología es la creencia ciega en la objetividad que las cifras podrían proporcionar. Las TCC son terapias que, en nombre de esta objetividad, se basan en técnicas de fácil aplicación donde los terapeutas no necesitan una gran formación, ya que son técnicas estándares que pretenden valer para todos. Así, intentan definir un estilo, un perfil, o incluso un avatar de terapeuta para mejor aplicarlas.

¿Y cuál es la eficacia del psicoanálisis? ¿por qué es eficaz? Lacan nunca dejó de plantearse estas cuestiones. En psicoanálisis se trata de una evaluación clínica y epistémica, como por ejemplo “el pase”.

A pesar de todos sus detractores y enemigos el psicoanálisis ha logrado sobrevivir precisamente debido a que es eficaz. Hay una gran potencia en el discurso psicoanalítico para sobrevivir a contracorriente.

Lo que interesa al psicoanálisis son los misterios del amor, los enigmas del deseo y las paradojas del goce, y lo que el psicoanalista puede decir sobre estas tres cuestiones no sale del laboratorio sino que surgen del real que se escucha en la consulta, la clínica con los analizantes.

La época actual está regida por el goce, mandato superyoico que empuja al sujeto a “gozar” al máximo. El goce, en detrimento de los ideales, está por encima de todo.
Además, Xavier también señala otro signo de nuestro tiempo: El desanudamiento entre lo que se dice y lo que se hace. Así, se resta valor a la palabra que pasa a convertirse en nada, puro vacío y mera apariencia.

Es la época de la tiranía del objeto, del objeto de la satisfacción inmediata y no vinculada por el Otro. El objeto se convierte en el partenaire del sujeto que pasa a estar en una posición autista.

Amor, deseo, sexualidad y goce desde el psicoanálisis:

La sexualidad humana no puede reducirse a un conocimiento objetivo como pretenden ciertas disciplinas, ya que para el ser humano la sexualidad es un enigma.

No hay sexualidad sin enigma, y no puede causarse el deseo si no hay ningún velo, ya que el deseo proviene de una falta. El deseo es la antítesis del todo.

El objeto pequeño “a” es la causa del deseo, y con él tapamos imaginariamente esa falta a través de nuestro fantasma.

La condición del deseo es la ley, la prohibición. Para que el deseo funcione se necesita un límite que transgredir. Aunque habitualmente se piensa que es la ley la que prohibe el deseo, en realidad es al revés, el deseo es causado por la ley. El reverso de la falta de prohibición provoca la depreciación del objeto, falta de deseo, apatía y depresión generalizada, lo que vemos muy bien hoy en día.

Entre el amor, el deseo y la sexualidad hay una disyunción, aunque ésta es menor para las mujeres, por lo que no es evidente poder gozar de lo que se ama, ni poder amar lo que se goza. El deseo se localiza entre el amor y el goce produciendo la falta necesaria para que ambos tengan lugar.

En cuanto al goce, la experiencia del placer siempre incide en un más allá. Xavier pone el ejemplo de las adicciones, cuando algo no se detiene en el punto del placer sino que va más allá. Este ir más allá del placer es el goce y está relacionado con la pulsión de muerte.

El amor es un límite a los excesos del goce y su mandato “goza” puede ser frenado por el amor.

La ciencia y el capitalismo no son propicios para el amor por que sus efectos discursivos comportan un rechazo del inconsciente y de los enigmas de los que hablamos.

Pero en el ser hablante no se trata solo de organismo, está la dimensión subjetiva y la causalidad psíquica. Así, el misterio del cuerpo hablante trasciende su organismo por lo que las neurociencias no sirven a la hora de decir algo del deseo o del goce del sujeto.

En cambio, el psicoanálisis propone el deber ético, el deber del “bien decir”, lo que significa hacernos responsables de aquello que nos determina y que tiene que ver con nuestro inconsciente. Posición contraria a las prácticas sugestivas y autoritarias.

Para terminar, Xavier señala un punto importante y apunta lo que dijo Lacan en “Televisión”; que un análisis llevado hasta el final puede ser una salida al discurso capitalista. Al final del análisis hay una nueva disposición del sujeto para el goce y entra en juego la dimensión de saber hacer con eso. Este es uno de los motivos del por qué analizarse; para salir de la repetición y apostar por el deseo.

 

Enlace a la conferencia