Angustia y deseo

no-te-vayas-por-favor¿Por qué te angustias cuando esa mujer, o ese hombre, se acercan? ¿Es casual que te angusties justo con esa persona y no con otras? ¿o por qué esa angustia, justo ahora que estás tan cerca de conseguir eso que tanto deseabas?
Todas estas preguntas relacionan al deseo con la angustia. Y es que, cuando hay angustia, podemos decir que algo del deseo está implicado ahí. Si hay angustia es por que hay deseo. El neurótico es un ser paradójico ya que, en muchas ocasiones, se defiende de aquello que más desea sin ser consciente de ello. Para ello, renuncia a su deseo argumentando razones de todo tipo, “está demasiado lejos para interesarme por esa mujer”, por ejemplo, y por supuesto, la razón de la renuncia siempre es culpa del otro o de las circunstancias, cuando en realidad la razón siempre es interna.
Pospone la realización de su deseo como una forma de evitar la angustia que éste le ocasiona, pero a veces, la angustia, es la única manera que le queda al neurótico para que pueda saber qué es lo que desea. Por ejemplo, si de entre los objetos 1, 2, y 3 retrocede ante el número 3, es el número 3 precisamente el objeto de su deseo.

El neurótico puede elegir comprometerse con su deseo, aunque para ello haya que atravesar el muro de la angustia, o instalarse en la comodidad y renunciar a su deseo. Sin embargo, si elige esta opción, habrá que pagar un precio, el precio de la huella que deja la traición a uno mismo y la culpa asociada.

Así, el neurótico, o vive angustiado, o vive culpabilizado. La otra salida es pasar al otro lado del muro de su angustia y no renunciar a su deseo, lo que sin duda, le ocasionará una vida más agitada y mas incómoda, pero será una vida vivida, y no soportada.

,Hacer un análisis permite al sujeto darse cuenta de dónde está su deseo y desde ahí, tomar la decisión de si se compromete o no con él, sabiendo las consecuencias que tiene cada opción.
El psicoanalista no empuja al sujeto a realizar su deseo, como podría hacerlo un psicoterapeuta, ya que incitarlo podría acrecentar su inhibición o angustia. El analista acoge para que sea el sujeto mismo el que encuentre la verdad en sus palabras y decida qué hacer con esa verdad.
Naranjo. Jose A. Conferencia “Desangustiar con el psicoanálisis”